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Trabajo en equipo, la clave del éxito

29-11-2021
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Ni más ni menos: es un hecho que el logro de objetivos es potencialmente posible entre dos o más personas en cualquier ámbito, en especial el laboral. “Dos mentes piensan mejor que una”, dicen los optimistas. Y no se equivocan.

Desde la escuela primaria se promueve llevar a cabo labores entre todos los miembros de nuestro primer gran equipo de la vida: la familia. “Papá barre, mamá trapea, yo sacudo”. Y preguntan los libros de texto: “¿Por qué es mejor realizar las actividades entre todos?”, a lo que el alumno debe contestar, idealmente, que es más conveniente de este modo porque la carga de trabajo en el hogar disminuye y, a la vez, se reduce y optimiza el tiempo de su realización. Y así como debe ser el trabajo en equipo en casa (con acuerdos previos, comunicación asertiva, etcétera), a la vez debe ser en nuestro trabajo, proyecto, negocio y demás.

 

Equipos ejemplares

Echemos un vistazo a esos equipazos comunes y conocidos tanto del cine como de las series televisivas: superhéroes con divergentes diferencias y, muy a pesar de ellas, vencen a los malvados de la historia (malvados que, por cierto, no son amantes de trabajar en equipo); basquetbolistas coordinados con precisión para encestar con pasión hasta ganar el juego; hormiguitas que, sabiéndose casi insignificantes en lo individual, son conscientes de que embonan en una estructura colosal de hormigas con una misión en común, misma que no es posible si una sola de ellas renuncia a su labor… ¿qué puede haber en común en estos equipos? Mucho: organización, comunicación, entusiasmo y más aspectos que sabemos característicos. Pero esto es lo que hay primera y esencialmente: compromiso.

Un miembro de tu equipo laboral, por muy animado que se encuentre, dejará de colaborar como debe si no se compromete. También aquella compañera que esté en el equipo sólo por cumplir, perjudicará el compromiso grupal si surgen dificultades. Entonces partamos de la raíz: ¿qué es el compromiso, a profundidad?

La palabra “compromiso” se conforma, desde el latín, de cum (con) y promittere (prometer), por lo que estamos hablando de actuar con la promesa de cumplir algo. Así, la base para conformar un equipo de trabajo funcional es integrarlo de miembros totalmente comprometidos.

 

¡A hacer coalición!

Para conformar un verdadero equipo, lo de menos es que los talentos tengan que ser los mismos e incluso semejantes, pues entre éstos se deben complementar para lograr la tarea encomendada. Aunque, cuestionarán algunos, ¿qué hay de los defectos que tiene cada quien? Todos portamos carencias personales que podrían obstaculizar el avance del trabajo; sin embargo, el reto de hacer equipo es que dejemos nuestros problemas y actitudes negativas “colgados en la puerta” para aportar el mejor rendimiento y encontrarnos en la mejor disposición, misma que sostiene todo compromiso.

 

¿Y si las cosas se complican?

Por supuesto que ocurre: empleados con problemas o disgustos entre sí, antipatía de otros, encomiendas complejas que pueden colocar en estatus de inseguridad a los delegados… Nadie afirma que lograr metas sea pan comido. Y menos en equipo. Es aquí donde entra la promesa: independientemente del tiempo, esfuerzo y cansancio que puede haber, se tiene que cumplir con todo de cualquier forma; por otro lado, ceder, proponer y perseverar, entre otros tantos verbos relacionados con un equipo óptimo, es lo necesario en cada integrante para materializar su promesa, llevando como insignia su compromiso en cada etapa de ejecución.

Trabajar en equipo con dicho compromiso es simple: el trabajo asignado en grupo es trabajo por cumplir, no hay opción de no hacerlo; además, no es imposible enfocar nuestra energía bloqueando toda distracción y actitud negativa. Y ese mismo compromiso de consumar un proyecto u objetivo pulirá la actitud de cada persona involucrada. En un equipo también se trabaja para beneficio de todos, y para ver, así, tu vida como tú la quieres.